2 años desde que dejamos Madrid para volver a Sevilla. En este tiempo han pasado muchas cosas: nuevo trabajo, nuevos compañeros, un par de mudanzas, una hipoteca,… voy a contaros como fue ese «salto».
Las razones por las que me cambié son claras: queríamos vivir más cerca de la familia (el AVE ya cansaba) y Madrid con un bebé lo veíamos logísticamente «complicado». En cuanto al salto… son muchas dudas empezando por: yo me voy con lo que parece un buen trabajo (incluso en las entrevistas hice preguntas que no se me hubiesen ocurrido hacer en otro caso), pero ¿qué pasa con mi pareja?
Ese es la primera gran «pregunta»: ¿qué pasa con mi pareja?
Ella tenía un trabajo genial en Madrid, saltar a Sevilla parecía que la abocaba al paro. Buscar trabajo en Sevilla, sin conocer el mercado: ¿Qué empresa va a contratar a una mujer en edad de tener niños? Quizás os parezca surrealista pero mi pareja ha escuchado en más de una jod* entrevista las preguntas: ¿Tienes hijos? ¿Piensas tener más? Al final, (con un poco de suerte) consiguió tele-trabajar desde Sevilla y viajar a Madrid regularmente. Antes de saber que iba a continuar trabajando lo único que hacíamos era rellenar Excels con supuestos (suponiendo que no ingresamos nada, suponiendo que encuentras algo media jornada, suponiendo,…)
Otro de los miedos que teníamos es ¿Qué pasa si sale mal?
Si sale muy mal desde el principio, podríamos dar marcha atrás. Puesto que el primer mes teníamos el piso de Madrid y estábamos buscando algo en Sevilla.
Pero y ¿si sale mal, más tarde? Esa era otra de las preguntas. Cambiarse de ciudad es costoso(tiempo + esfuerzo + dinero):
– Buscar piso (en un principio de alquiler) en una ciudad nueva, es cierto que ya habíamos vivido en Sevilla antes, pero vivir de estudiantes en zonas de estudiantes no es lo mismo que buscar piso para una familia,.
– Gestionar una mudanza. Teníamos un piso en Madrid, nada en Sevilla, muebles, ropa y casi 6 años de vida en otra ciudad.
Guardería: Mi hija tenía una guardería que habíamos seleccionado con mimo. En Sevilla teníamos que esperar a saber dónde iba a estar el piso, para luego dar vueltas buscando guarderías con plazas y que se adecuaran a nosotros (horario, crianza,…)
En resumen, todo esto no solo mermaría nuestros ahorros, además teníamos el añadido a la inestabilidad de no saber si mi pareja iba a tener trabajo hacía de la vuelta a Sevilla suponiendo que mi trabajo fuese todo perfecto. Un salto casi al vacío. Al final no salió mal, de hecho salió bastante bien: en mi trabajo pasamos de ser una startup pequeñita a ser parte de un grupo multinacional, mi pareja no solo continuo «teletrabajando» sino que cambió de trabajo, con la pequeña encontramos guarderías que encajaban-
Una de las cosas buenas de Madrid es la cantidad de ofertas de empleo. Si al cambiar de una empresa a otra sale mal, es más fácil encontrar otra nueva empresa o volver a la anterior. Es cierto que el mundo IT está muy loco pero creo que en Madrid tienes más oportunidades. Del mismo modo, no significa que en Sevilla no haya movimiento, De hecho sí lo hay: Qashops fue adquirida por Vente Privee (esta es la adquisición que más me alegró), Bitnami fue adquirida por VMWare, Geographica fue adquirida por Carto, Optima, Sngular, AtSistemas, cada más empresas ofrecen remoto,… el ecosistema en Sevilla es genial, solo que en mi opinión es más lento y al ser una ciudad más pequeña «todo el mundo se conoce».
En cuanto al movimiento, en Madrid asistía a Meetups y conferencias. habitualmente Pensaba que al volver a Sevilla esto iba a ser complicado.Nad pero ni más lejos. En Sevilla hay una comunidad sorprendente. Existen multitud de Meetups: PHPSevilla, SVQJUG, GesProSev, DataBeers, SevillaJS, TypescriptSevilla,… y planificando un poco es posible ir a Madrid/Barcelona para alguna conferencia de vez en cuando. En resumen, sorprendente la calidad y cantidad de movimiento que tenemos por el sur.
Otro punto de los más controvertidos son «los costes de la vida» . En mi caso el coste básico de la vida en Sevilla no es menor que en Madrid. Puntualizo. El alquiler no ha variado ni un ápice (pagaba lo mismo que en Madrid). En cuanto a la cesta de la compra pues lo mismo, Carrefour tiene casi los mismos precios en Sevilla que en Madrid, la gasolina cuesta lo mismo.
En la parte que sí se nota es el ocio: ir de tapas, ir al cine, un café,… aunque por otro lado se nota en la diversidad: en Madrid puedes ir a un libanés, thai, japones, surcoreano, etíope, comer baos, manolitos, lolopolos…
Para mi una de las factores más favorables es que aunque no pueda comer en un coreano, ahora mi pequeña puede comer en casa de sus abuelos más a menudo que antes.
Del mismo modo que en el ocio la diversidad también se ve reducida en otros aspectos como por ejemplo: encontrar una guardería abierta en Agosto en Sevilla, colegios no religiosos,…
Recapitulando, para mí ese salto casi al vacío del que hablábamos al principio ha sido una alegría.No voy a negar que hemos tenido algo de suerte.
En el plano laboral ahora formamos parte del grupo Vente Privee, mi pareja tiene trabajo estable, mi hija va a una guardería estupenda.
Si bien es cierto que antes de venir tuvimos muchísimas dudas, al final con esfuerzo todo ha salido a pedir de boca. Como anécdota cuando mi pareja y yo estábamos analizando y charlando sobre la vuelta «a casa» siempre terminábamos nuestras conversaciones con: ¿qué es lo peor que puede pasar? Volvernos a Madrid, pues si ya estamos aquí y tan mal no nos va ¿no? Es de las conversaciones que recuerdo con más cariño.
Después de estos 2 años recordamos ese tiempo y nos reímos porque finalmente lo hemos conseguido: disfrutar de nuestra familia que antes teníamos lejos, ir a la playa en menos de 2 horas, pasear por una ciudad tan preciosa como Sevilla, una piso estupendo, hemos reducido el tiempo de ir al trabajo, vivimos felices… en definitiva en provincias nuestra vida ha mejorado